Por fin después de algunos meses de espera finalizó el proceso interno de Morena para elegir a su coordinador del Movimiento en Defensa de la Cuarta Transformación, en otras palabras, su candidato a la presidencia de México.
La ganadora fue Claudia Sheinbaum Pardo, algo que no generó ninguna sorpresa porque era algo que ya se sabía desde antes que iniciara la contienda interna. Así que vayamos con otras curiosidades para después volver con la exjefa de gobierno.
Otro hecho que no generó ninguna sorpresa fue que Marcelo Ebrard Casaubón hiciera un “AMLO”, y al ver que no tenía oportunidades dijo que impugnaría para reponer todo el proceso interno.
Además de armar un pancho para acusar que no dejaron entrar a una de sus representantes, cuando ya los registrados de Ebrard estaban donde se hacía el conteo de boletas. En otras palabras, intentó reventar el conteo de boletas con dicho escándalo.
Aquí les van las verdaderas sorpresas. La primera es que Gerardo Fernández Noroña, “corcholata” del PT, rebasó mis expectativas y del quinto lugar que yo le auguraba se colocó en el tercero, por encima de Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila.
La segunda es que Manuel Velasco Coello no quedó en el último lugar. Aunque en varios puntos de la República el Partido Verde le dio la espalda, como en Puebla que la dirigencia estatal apoyó desde un principio a Ebrard Casaubón, el mejor conocido como “esposo de Anahí” supo ganarle a Ricardo Monreal y no quedar en el sótano de la contienda.
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La tercera y la cuarta vienen juntas: Adán Augusto López con todo y sus numerosas bardas y espectaculares no pudo ni siquiera subir al podio. Ricardo Monreal por su parte quedó en el último lugar confirmando que el destaparse cinco años antes de una elección puede tener un desenlace catastrófico para las aspiraciones políticas de cualquier perfil.
Regresando con Claudia Sheinbaum, se pueden rescatar algunos puntos que podemos considerar como claves para su éxito. primero, no se metió a la guerra sucia ni para defenderse de las acusaciones realizadas por Ebrard sobre los ataques en su contra.
Segundo, Claudia Sheinbaum presentó propuestas que eran extensiones de lo que lleva haciendo AMLO. Prácticamente dijo que lo que no quedara en este sexenio se terminaría en el suyo. Además de no “fantasear” como su jefe político con el sistema de Salud, ya que prometió dar uno de calidad con términos más realistas y sin mencionar a Dinamarca.
Por último, Claudia Sheinbaum supo negociar con diversos grupos de la Cuarta Transformación, incluyendo gobiernos estatales morenistas para asegurar su primer puesto en las encuestas. Y aunque se ve difícil, esto le puede ayudar para negociar con Ebrard y que no le tumbe a la izquierda su cada vez menos asegurada victoria en 2024.
¿Qué sigue para Claudia Sheinbaum? A parte de la impugnación de su propio copartidario, aguantar los futuros ataques del Frente Amplio por México, de Movimiento Ciudadano y de todo lo que no tenga que ver con la 4T.
Pero mientras vemos si logra mantenerse vigente en las preferencias de la ciudadanía rumbo a la presidencia de México, nosotros nos leemos mañana en El Acuario.
