La división que vive el Partido Acción Nacional (PAN) amenaza con la viabilidad electoral en el próximo proceso electoral en 2027 cuando deban ser renovadas las 217 presidencias municipales y el Congreso de Puebla, en donde la amplia mayoría es dominada por el oficialismo.
Podría citarse la frase con la que se recuerda al malogrado candidato presidencial abatido en Lomas Taurinas, Tijuana en 1994, Luis Donaldo Colosio, convertida en metáfora política “veo una dirigencia del PAN con hambre y sed de venganza”, pero no se crea usted que se quieren desquitar de la paliza que les dio Morena y Alejandro Armenta en la jornada del año pasado cuando lograron retener el poder.
En realidad, apuntan sus baterías en contra de una corriente albiazul en la que se ha colocado como líder moral al ex candidato derrotado en la contienda pasada, Eduardo Rivera, a quien se le juzga como un adversario interno con el que habrá que combatir para colocar perfiles afines a Mario Riestra, el líder formal de ese partido político.
La corte de Riestra quiere sangre y todos los días envenenan a su presidente pidiéndole las cabezas del yunque. Estos funcionarios partidistas entre quienes se encuentran Alejandra Escandón, Luis Franco, Carolina Beauregard, Carlos Pando y otros más, un día sí y otro también, amanecen con dos propósitos: Recordarle a Riestra su inteligente, carisma y honestidad y; segundo, envenenarle con sus odios hacia los panistas de enfrente, agrupados en torno a Rivera Pérez.
En esa labor desquitan su sueldo, dicen quienes conocen de la vida interna en el partido que desde 2011 hasta 2017, fue una fuerza política hegemónica.
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Mientras eso sucede el desastre es evidente. No han sido pocas las reuniones en las que el dirigente formal ha pedido poner todo su esfuerzo en dos grandes objetivos: Sacar adelante el proceso de renovación de Acción Juvenil con una asamblea que cumpla con las reglas de la buena convivencia y sin fricciones para hacer ganar a su candidato, Sharif Elías, en medio de una ola de sospechas y acusaciones mutuas.
Podría decirse que los saldos negativos fueron los jóvenes Alejandro Gómez, Saulo García y otros más quienes con los años se darán cuenta del mal que les ha hecho su propia dirigencia.
El propósito ulterior de esta estrategia es llevar a Manolo Herrera a la presidencia del Comité Municipal para mantener el control del panismo en la ciudad y para ello echaron la aplanadora a la ex diputada local y también contrincante, Lupita Leal.
El proceso aún no comienza y también se les ha salido de control. Pusieron a trabajar a todo el Comité Estatal a favor de Manolo en forma tan evidente que solo han generado animadversión adentro y afuera.
Juega con fuego Mario Riestra. El costo político podría ser enorme pues en ello está el desprestigio de un partido que desconcentró de la realidad y demolió puentes de entendimiento con los electoras. Alguien tendría que pedir a Riestra recapacitar pues podría pasar a la historia como el peor presidente del PAN de este siglo.