Tenía 37 años de edad y ya contaba con tres ingresos a penales en el Estado de México y sobre el existían otras tres órdenes de aprehensión. Se había “especializado” en los delitos de cobro de piso y extorsión, el nombre y apellido se mantiene en reserva por obvias razones.
Como integrante del grupo criminal que fundó en la década de los ‘80 Nazario Moreno a quien en vida se le conoció como “El más loco”, La Familia Michoacana, llevaba en Puebla una vida relativamente alejada del jale que le redituó hasta que fue puesto en el blanco de la Fiscalía del Estado de México.
El fenotipo del hombre que fue abatido la mañana de este miércoles en una de las zonas más transitadas del área metropolitana no era muy diferente al del hombre promedio y cuarentón en el centro del país.
De tes apiñonada, lucía corte de pelo tipo militar, cara redonda, labios gruesos, frente amplía con notables surcos que reflejan ansiedad y estrés y nariz chata, como el fenotipo que corresponde al cualquier trabajador de la construcción, u obrero.
Subrayar el perfil del personaje abatido que encendió alarmas en Puebla es preciso porque revela una realidad que nutre desde hace años el mito urbano en el sentido de la existencia de la infiltración de personas que operan para diversos grupos delictivos que trabajan desde hace años en otros estados del país, ahora en Puebla.
Horroriza y ofende la muerte del pequeño Dominique, el daño colateral de 16 años de lo que parece una venganza, tristemente típica entre bandas rivales.
Si como se ha dicho en círculos policiales y sótanos de la zona metropolitana de Puebla, la víctima del feroz ataque a las afueras de un colegio privado la mañana de miércoles es cierta, tenemos la presencia de operadores de al menos tres agrupaciones de notable capacidad de fuego, logística y dinero.
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En mayo se supo de la detención de Tania N., a quien se le vinculó sentimentalmente con un cabecilla apodado “El apá”, responsable de la llamada “Barredora”, del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El apá, por cierto, no pudo ser aprehendido en el operativo que encabezó la Marina Armada de México, sigue evadido y en su lugar fue detenida la novia: una priista que hoy es diputada plurinominal suplente.
Ya se ha escrito, pero conviene no olvidarlo: Ambos están relacionados con el reguero de cuerpos sin cabeza en el Periférico Ecológico, en las inmediaciones del penal de San Miguel en la capital.
En la ominosa bitácora tampoco se debe olvidar que la ejecución del sujeto con quien también perdió la vida la influencer Vielka Pulido está relacionado con otro grupo criminal cuya base de operaciones se encuentra en el estado de Sinaloa, de donde son originarios Joaquín El Chapo Guzmán Loera y su parentela: Los chapitos.
La muerte del personaje que acompañaba a la impopular joven a quien se le tiene en el imaginario como #LeidyHumilladora fue realizada por un grupo de pistoleros que opera en la región de Chignahuapan-Zacatlán, provenientes igualmente de Sinaloa.
Nazario Moreno, fundador de la Familia Michoacana fue abatido en 2014; El Chapo, aprehendido en ese mismo año; y recientemente se supo de la muerte por una enfermedad renal Nemesio Oseguera “El mencho”.
El hallazgo en Puebla de presuntos integrantes de al menos tres de los cárteles más poderosos en la historia criminal en México deja al descubierto que como la materia, ni se crean ni se destruyen, se transforman.
Pero además, que las fronteras del estado ante la ola criminal, también son peligrosamente porosas.