El Camino, el hilo que borda fotografías

Hace unas pocas horas, en uno de los sitios que más frecuento por el tipo de ambiente y sobre todo porque sus productos son de la mejor calidad, se inauguró una exposición de fotografía y bordado llamada El Camino Tejiendo Historias, en donde ABRIL y Mal de Amores se unieron para intervenir y darle otro sentido a lo ya plasmado.

Desafortunadamente no pude charlar con ABRIL. Pero sí pude escuchar lo que Mal de Amores tenía por compartir. Pero antes de continuar, responderé quiénes son ellos, bueno, Abril se dedica a realizar arte a través de la aguja, el hilo y la tela. Mientras que Mal de Amores es un fotógrafo reconocido a nivel mundial tanto el 2018 como 2019 por quedar en los primeros cincuenta lugares del certamen México en un Imagen.

Así que un día solo convergieron en el espacio tiempo para colaborar y así contar a través de su propio universo, su preocupación por visibilizar las tradiciones que aún perduran en algunas comunidades indígenas.

El trabajo de Mal de Amores abarca la Sierra Nororiental, en donde desde Cuetzalan va haciendo registro fotográfico de todo aquello que le detone un sentimiento sobre lo que es ser mexicano, qué es parte de la identidad, y el por qué es tan importante preservar el legado vivo.

La narrativa de la exposición, es un tanto melancólica, es la lucha entre el progreso y el olvido indigenista. El ocultar cierto tipo de vestimentas, el dejar de hablar una lengua por pensar que nadie más la necesitará.

Lee también: Justin Trudeau se solidariza con Comunidad LGBTQI+

Mal, busca constantemente reafirmar que hay personas muy cercanas a las urbes, que aún guardan y viven defendiendo el legado prehispánico, aquél que no está tras un cristal de un museo.

Por cierto, esto me recuerda que la palabra historia significa hilos, de alguna manera siempre pensé que la vida es parte de una telaraña, y al escuchar y ver a Mal de Amores en esta exposición solo me hace constatar más mi pequeña teoría. Pero es que no sólo se trata de la experiencia de la preservación, sino también la del espectador.

Pequeña pero precisa, así es la puesta de El Camino. Quiero que sepan que no son las típicas estampas mexicanas a las que sin querer nos hemos acostumbrado, más bien es la óptica de un joven poblano al que unas abuelas se le acercaron para contarle que una de las suyas murió, y que seguirán ahí en la tumba haciéndole compañía a su amiga.

Es la visión de un muchacho que tiene el tiempo para escuchar que en ciertas partes de un lago hay luciérnagas. Y así un sinfín de anécdotas que el autor de esas fotografías intervenidas desde el imagino de ABRIL, contará con tal de dejar una semilla sobre la importancia de preservar nuestras tradiciones.

La noche se volvió huapanguera, pues gracias a su labor en la radio comunitaria, Mal de Amores pudo aproximarse a mucha gente, y uno de ellos es el integrante de Xinach Trio, los cuales vienen desde San Miguel Tsinacapan para darle ritmo a esta puesta, en un lugar alternativo como lo es el Centro Cultural-Pulquería El Mictlán.

Si te interesa más el trabajo de estos artistas aquí te dejo sus redes sociales, al igual que el de El Mictlán, ya que es un lugar que está abierto a recibir muchas propuestas para difundir el arte desde la periferia sur de la ciudad.

EN PORTADA