A propósito del informe del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina el próximo viernes 22 de noviembre, el mandatario poblano comenzó a despedirse en las recientes entregas e inauguraciones de obras y en sus discursos ha resaltado que más allá de los puentes de cemento y varilla, la obra más valiosa que construyó es el “puente de la unidad” y siendo realistas, no ha sido necesario esperar a que pase el tiempo para confirmarlo.
Y en efecto, más allá de los números y estadísticas que siempre son necesarios observar, es justo reconocer que antes de la llegada de Sergio Salomón al Poder Ejecutivo; los ambientes en diversas esferas sociales eran tensos y la entidad estaba paralizada.
Mientras el sello de quien le antecedió era de un gobierno de escritorio, malhumorado, intolerante, sin apertura, sin diálogo y con la persecución de adversarios; el distintivo de los dos últimos años fueron todo lo contrario y estuvo centrado en hacer más en poco tiempo y a reserva de lo que cada actor tenga que decir, pero todo indica que la misión fue cumplida.
Tanto presidentes municipales como instituciones públicas y privadas, así como rectores, empresarios, sindicatos, políticos, medios de comunicación, asociaciones y más sectores vivieron el cambio. Hoy es evidente que el gobernador saliente se centró en el trabajo y pese al corto tiempo, logró ejecutar acciones de impacto en el campo, la educación y la salud, pero también con la dotación de infraestructura vial y obras físicas que eran necesarias.
Sergio Salomón no solo atendió las demandas apremiantes, sino que hizo uso eficiente de los recursos a su alcance. La historia ya lo dirá, pero en efecto realizó más que otras administraciones en todo un sexenio. Y lo que también vale resaltar y que no se vale perder de vista, es que el gobernador comprendió el momento de su llegada y estuvo a la altura de esas condiciones.
En los dos años de su responsabilidad se observó a un político que en la medida en que pasaban los días en el cargo, fue creciendo como autoridad y como profesional y hoy a veintitantos días de entregar el cargo, se observa a un personaje con seguridad y proyección, características que han sido valoradas y lo van a llevar al gobierno federal.
El equipo que integró le ayudó a dar los resultados, pero el liderazgo que ejerció, fue el elemento que fortaleció la gestión y le permitió ganarse el reconocimiento social y para un político eso es lo que realmente vale.
De este modo solo resta apuntar que, a unos días de la conclusión del encargo, Sergio Salomón se nota tranquilo y satisfecho y eso, para alguien que está sujeto al escrutinio público todos los días, vale mucho más.
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La reforma que viene
La migración a Estados Unidos y el papel de México en ese fenómeno en un contexto aderezado por la elección de Donald Trump como presidente de la vecina nación, obliga a que el país esté mejor preparado y actualizado en la materia, por lo que el legislador federal de Morena, el poblano Eduardo Castillo ya visualiza la relevancia de impulsar una reforma migratoria urgente.
El legislador que es secretario de la Comisión de Migración en la Cámara de Diputados y que representa a un distrito de migrantes, sabe que el contexto actual impulsa a revisar la legislación en la materia que tiene algunas décadas en el resguardo. De ahí la relevancia de que a la brevedad y con los consensos necesarios, comenzará a trabajar en asuntos migratorios en donde el eje central sea el respeto a los derechos humanos, pero que también garantice seguridad y protección a las personas en esas condiciones, así como evitar riesgos de delitos como trata.
Además en su momento Sergio Salomón, aún gobernador, que será titular de Instituto Nacional de Migración, seguramente buscará involucrarse en esa necesaria reforma a fin de resolver los pendientes del rubro.
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