De este tema quería hablar ayer pero me dejó tan norteado lo del “Rosario de México” que me decidí a escribir sobre eso, pero hoy sí no se me escapa Miguel Ángel de la Rosa, comencemos:
Los “chapulines” (personas que brincan de un partido político a otro) cada vez son más comunes en México y últimamente en Puebla. Actualmente es más común ver gente llegando de cualquier otro partido a Morena por tratarse de quienes están en el poder.
Supuestamente el canto de las sirenas, guió a Miguel Ángel de la Rosa, exdirigente estatal del PRD en Puebla a los brazos de Alejandro Armenta Mier. Otro que inició su carrera política en otro organismo, el PRI.
No voy a ahondar en por qué con Alejandro Armenta, porque es obvio que es uno de los dos morenistas con más posibilidades de ser candidato a la gubernatura de Puebla.
Tampoco puedo decir que Miguel Ángel de la Rosa traicionara al PRD o viceversa, al parecer todo quedó en buenos términos entre ambas partes. ¿Entonces qué pasó?
Desde hace unos años, al exdirigente ya no se le veía con tanta fe en su partido, por poner un ejemplo burdo, como la afición del Mazatlán FC o de los Bravos de Juárez en la Liga MX, apoyándolo por amor pero sabiendo que no lograrían nada importante.
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Lo más probable es que la derrota de la presidencia de México en 2018, y las elecciones extraordinarias perdidas en Puebla en 2019, lo dejaron en un estado al que yo llamo estar políticamente deprimido.
Es más, estoy seguro que en algún lado leí que el había dicho en 2021 que el PRD iba a desaparecer en esas elecciones y que sería un sacrificio para poder derrotar a Morena. En otras palabras, ni siquiera en tiempos electorales se mostró optimista con su organización política.
Y no es que fuera pesimista, yo diría que era realista, porque en efecto, el PRD en Puebla no alcanzó el 3 por ciento en las votaciones. Sin embargo, no desapareció porque a nivel nacional apenas y rasguñó la cantidad de votos adquiridos, pero en dos años se ve muy difícil que repunte.
¿Qué podría aportar al sol azteca alguien que ya no era feliz ahí? Nada, al contrario, corría el riesgo que esa energía negativa la transmitiera a otros integrantes y provocar desde dentro la caída del partido en la entidad.
Que Miguel Ángel de la Rosa pueda encontrar un segundo aire en su carrera política de la mano de Alejandro Armenta es lo mejor que le puede pasar a todas las partes, el PRD puede renovarse con perfiles más jóvenes de cara al 2024, su exdirigente puede recobrar energías en un lugar donde se le ve más contento y Armenta puede aprovechar la experiencia de Miguel de cara a su carrera por la candidatura a la gubernatura poblana.
Pero mientras vemos los resultados de la decisión de Miguel Ángel de la Rosa, nosotros nos leemos mañana en El Acuario, donde por cierto hablaremos de otro chapulín poblano que recién cayó en la 4T.